Más allá del diseño: redefiniendo como hacer y vender diseño

Este mes ocurrieron dos cosas que me han hecho pensar mucho sobre como en tan poco tiempo han cambiado tanto las maneras en las que hacemos y vendemos diseño. De alguna manera una de las cosas que veo pertinente en la práctica es estar a la vanguardia de lo que ocurre en el mundo y procurarlo en el entorno mexicano, y me da mucho gusto lograrlo con el estudio en los diseños que está lanzando Decimal y lo que mi otro proyecto, el blog Designaholic está haciendo con Kickstarter.

Cuando estaba en la carrera, las impresoras 3D era enigmáticas, pocos tenían acceso a ellas en la escuela y muchos menos realmente les daban un buen uso. La primera vez que utilice alguna, tenía que ir al área de ingeniería y robótica. Eventualmente llegaron a los talleres de diseño. Desde entonces estuve constantemente explorando las posibilidades de esta tecnología y utilizándola en mi proceso de desarrollo de productos. Nunca imaginé que evolucionaría hacia una tecnología más accesible en cuanto a costo y uso.

Hace un par de años comencé a trabajar con Decimal, una empresa que busca redefinir lo que conocemos como una lámpara desde el abandono de la bombilla por un modulo LED desarrollado minuciosamente por ellos, hasta la utilización de la impresión 3D para su fabricación. A diferencia de cómo habíamos usado esa tecnología hasta ahora para realizar pruebas, maquetas y prototipos rápidos, Decimal hace de la impresión 3D un proceso de acabado final.

Al igual que otras empresas recientes como Othr en Estados Unidos, este proceso de producción y su venta en línea ayuda a no tener grandes inventarios, personalizar productos al momento y generar propuestas en forma y función que no son posibles a través de métodos tradicionales de manufactura. Esto genera una nueva forma de vender diseño. Es interesante ver como las nuevas tecnologías van evolucionando hacia ambos polos; la innovación por un lado y la accesibilidad por otro, y así están cambiando como hacemos diseño.

Esta misma evolución de tecnologías y nuevas formas de vender diseño han sido empujadas en la plataforma Kickstarter. Desde sus inicios en Estados Unidos en 2009, Kickstarter ha sido una plataforma de “crowdfunding” donde se ponen productos en pre-venta con una meta de ventas para poder pasar a la etapa de producción. Esto asegura que el diseñador pueda cumplir con la inversión inicial para sacar sus productos al mercado al mismo tiempo que aporta distintos beneficios a los que participen en esta etapa de fondeo abierto.

Los éxitos de Kickstarter son demasiados, y no solo en el diseño. Han podido ser disruptivos en otras disciplinas como el cine y la música independiente. En el diseño, muchas ideas que antes se quedaban a la espera de que una empresa grande le interesara invertir en ellas ahora tienen un escaparate que corta este intermediario y ha revolucionado la venta de diseño D2C, del diseñador al consumidor.

En Designaholic siempre hemos estado fascinados por Kickstarter, y yo personalmente he fondeado más de 10 proyectos como productos, documentales, libros y hasta unos zapatos. Ahora estamos haciendo equipo con Kickstarter México que abrió sus puertas recientemente para impulsar al talento mexicano a través de esta plataforma. Una nueva forma de vender diseño, accesible para cualquier creativo que tenga una buena idea y sepa llevarla a cabo independientemente.

Analizando estos cambios y como están siendo disruptivos en los negocios creativos, quiero terminar esta columna invitándolos a reflexionar más allá del diseño sobre como está cambiando el panorama de su trabajo, y que pueden llevarse de estos dos ejemplos para no quedarse atrás como lo han hecho tantas empresas renuentes al cambio.

*Pronto más información sobre la Convocatoria Designaholic + Kickstarter aquí.

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