Más allá del diseño
Un objeto puede romperse, puede perderse, hacer mal su función y por ende desaparecer de nuestras vidas. Un gran diseño es el resultado de la combinación de emoción y función. Así es como su valor trasciende lo que pudo haber costado o el material del cual esta hecho. Un buen diseño tiene esta característica de crear conexiones emocionales con las personas.
El diseño creado desde un contexto local refleja la identidad del mismo, dándole una singularidad honesta. Conocer los recursos y personas que te rodean son clave para los materiales y procesos de tu diseño hablen de donde son producidos y aporten al desarrollo económico del lugar mientras que los volúmenes de producción son bajos o se puede trabajar sobre-pedido eliminando la necesidad de una gran inversión y un espacio de bodega.
Al mismo tiempo que buscamos diseños que digan algo del lugar donde fueron creados, vivimos en un mundo que esta totalmente conectado y en constante cambio. El espacio físico de una tienda de diseño es cuestionado una y otra vez por opciones en de venta en línea, y muchos diseñadores usan estas formas creativas de vender su trabajo rompiendo con las barreras de la geografía. Es de esta forma como se logran vender productos que no son fabricados de una manera industrial, promoviendo el trabajo de talleres y artesanos con una compensación justa. Innovar no siempre tiene que ver con tecnología, también puede ser ver hacia el futuro sin olvidar nuestras tradiciones.
El diseño tiene la capacidad de llevar esta identidad a los objetos cotidianos, contar historias del tiempo en el que vivimos y también mantener vivas las tradiciones y cultura. No necesariamente es ligar este concepto con el trabajo de artesanos, también se logra a través de emplear a talleres y fabricas especializadas de los distintos oficios que se realizan en nuestro país.
En países como Japón se tiene muy claro el poder del diseño para reforzar una identidad y cultura de país, desde el diseño contemporáneo hasta los objetos artesanales. México, al ser un país más joven todavía esta encontrando una forma de hacer este ejercicio de crear objetos con relevancia cultural que cambien el “Hecho en México” por el “Diseñado en México”.
Hay muchos países que tienen un estilo definido para su diseño basados en rasgos artesanales o culturales y traduciéndolos a objetos de uso diario. Más allá del diseño, un objeto trasciende al crear un momento extraordinario en una rutina ordinaria. Este es el comienzo de una serie de artículos que estaré publicando que presentan esta perspectiva de observar los objetos “más allá del diseño”.
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